GQ nos tiene el articulo que aparecera en su edicion de Abril, en donde Robert Pattinson aparecé en la portada.
Hace dos años, Robert Pattinson era un extra olvidado en la película de “Harry Potter”. Luego él fue al casting como un triste vampiro en “Crepúsculo”, la franquicia de películas, productora de millones de dólares en el año, y toda mujer en América, desde los 14 años, lo quieren. Lastima él no está seguro si él las quiere.

Unos días después de que conocimos a Robert Pattinson por primera vez, llamamos a su coestrella en Crepúsculo, Kristen Stewart, que dijo esto sobre él:

“El no puede mentir”, dice. “A veces hace las cosas un poco escalofriantes por él. Pero es mi cosa favorita de él.”

Gracioso – entonces, también sería nuestra cosa favorita de él. Pasamos la tarde del martes con Pattinson, en una pequeña panadería-cafetería en Doheny Drice, en West Hollywood, y todo el tiempo, el parecía estar diciendo la verdad compulsivamente, descuidadamente, inútilmente, como si hubiera sido disparado con un dardo de sodio mientras estacionaba su carro.

Es otro problema de Pattinson – él lo admite al principio – que él no puede realizar una conversación con calma.

“Acabo de decir lo primero que me viene a la cabeza”, dijo, “fuera de nerviosismo. Durante las entrevistas estoy literalmente haciéndome en los pantalones. No quiero que haya silencio, porque comenzaré a llorar.”

Es diciembre. Crepúsculo, en donde Pattinson de 22 años, interpreta al adorable - torturado, permanentemente adolescente- vampiro, que en un principio bebe sangre humana, ya ha estado en los cines alrededor de un mes. El tiempo suficiente para que las cifras en bruto sean más de 150 millones de dólares, el tiempo suficiente para que el estudio apriete el gatillo con la primera de los tres posibles secuelas, remplazando a la directora Catherine Hardwicke con uno de los chicos responsable de la franquicia de American Pie, pero no el tiempo suficiente para que Pattinson comprenda lo que alguno de estos acontecimiento signifiquen algo para él, o la importancia de disimular en presencia de periodistas.

Él se desliza en su silla, todo vestido de negro, con la barba de una semana, cabello revuelto, muy parecido a Justin Timberlake en su turno fuera de Broadway a su vez como Terry Malloy. Su ropa huele como si se la hubieran ofrecido los menos afortunados que él. Él solo viene de un gran momento, se reunió con un director y no puede esperar para decirnos lo raro que fue. Un tipo le ofreció un papel, tal vez, en una película que es doblemente secrete, que hasta él no pudo decirle a Pattinson de lo que trataba. “El no me dijo nada”, dice Pattinson, “y él tampoco lo podía dejar que se supiera”, así que Pattinson sentado y hablando acerca de si mismo, cerca de tres horas y tomando suficiente café para hacer explotar el corazón de un rinoceronte.

“Dios, no recuerdo la última vez que comí”, dice Pattinson.

En una película de vampiros, el habría dicho esto con un sugestivo movimiento de ceja, y después nos habría reducido a un pálido cuerpo en un basurero. 'Estúpido periodista'. Instantáneamente, Pattinson se aleja, llenando el aire de muerte.
Él explica que el lugar en donde se ha estado quedando en Los Ángeles tenía un microondas, pero él nunca antes había tenido un microondas, y que eso hizo que pasara mucho tiempo buscando cosas que pudiera hacer en el microondas. Como las hamburguesas congeladas, de la tienda, zanahorias. ¿Le hemos mencionado que él tenía cerca de 19 tazas de café? Él le pregunto al mesero sobre la sopa. Es de pollo con vegetales. El ordena una Coca-Cola.
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